Mostrando entradas con la etiqueta historias. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta historias. Mostrar todas las entradas

lunes, 2 de junio de 2014

música

de pronto el aire se llenó de música. brotaba sin cesar, arrebatada, apasionadamente. mis lobos me miraban con curiosidad impasible, como si ya no pudiesen sorprenderse de nada. probablemente no puedan. miré mis manos elevarse en el aire entre las notas y rompí mi silencio...ah, estás ahí- susurré- alma errante...ven conmigo.

el aire se calmó. yo me calmé. desapareció el frío. mis extraños compañeros de camino se detuvieron también y se volvieron a mirarme.

la música vibraba y se enredaba a mi alrededor, dentro de mi, sosteniendo y haciendo tambalearse a mi alma agotada...sonreí. tan grande...tan amplia...tan llena de mi...

brillante -me dijeron- eres demasiado brillante. 

y sonreí de nuevo. nunca es demasiado. necesité la mitad de una llanura para reencontrarme. 

jueves, 22 de mayo de 2014

aprendizaje

levanté la vista, exhausta, y a la luz del amanecer contemplé la amarillenta pradera extenderse hasta el horizonte. ¿amarillenta? - pensé, confusa - ¿y el hielo?. me volví y contemplé mis ultimas pisadas sobre la nieve que iba deshaciéndose tras de mi. ¿y ahora qué? - sentí el mismo vértigo devastador de todos los finales que se convierten en principios.

el viento soplaba implacable, arremolinándose a mi alredor. mis lobos se habían tumbado, esperando a que me moviese. hacia donde, me preguntaba. hacia qué, escuché en mi interior como un eco lejano de un antiguo pensamiento. la dirección no parecía importar. todo era llanura, una vasta soledad barrida por aquel amanecer frío. escuché de nuevo aquel eco antiguo retumbando en mi interior y decidí seguirlo.

los encontré unos días después. no tenía ni idea de quienes eran, ni idea de que hubiese alguien allí. creí que estaba sola. condenadamente sola.

pasamos muchas noches en silencio, mi propia alma tratando de alcanzarme. ellos no parecían interesados en hablar, tampoco. bendita bendición para mi alma dolorida.

¿me queda algún lugar adonde ir?

aún sigo tratando de aprehender la exquisita delicadeza de ese silencio suyo.