errante

no sé si es buena idea escribir llena de melancolía...pero las palabras bullen.

aprendí silencio. creía saber lo que era, pero en realidad solo era una pálida idea. mi alma tímida y silenciosa aún se sigue estremeciendo. cuando solo existe silencio se abren otros caminos, y esos caminos, afilados como navajas, se abren paso en la piel.

mis sueños están tan poblados que apenas cabe nada ni nadie más. hay tanta densidad de gentes y emociones que el amanecer me encuentra abrumada y dolorida. parece como si quisieran ocupar el hueco doliente de tu ausencia.

aprendí soledad. creía saber lo que era, pero en realidad nunca la había sentido. se me hincó tan dentro y tan profunda que sus dientes prendieron en lo mas hondo del alma. y después tiraron a un lado y a otro sin piedad.

las palabras gotean en mi mente, deslizándose por mis dedos.

aprendí calma. creía saber lo que era, pero lo había olvidado por completo. la calma que fluye de dentro es algo que solo se alcanza desde la soledad y el silencio. ahora, cuando la pierdo, solo tengo que invocarme a mi misma. y no hace falta nada más. 

a veces dudo. los amaneceres me encuentran desnuda y cansada. con ganas de tirar la toalla. respiro, y tengo un deseo tan intenso de ti, que me hace ponerme en pie. duermo un rato, y sigo.

por qué no voy a dudar? ellos son fríos y distantes. tengo que atravesar esta llanura para tomar una decisión, y no estoy segura de poder alcanzar el otro lado. he perdido toda mi arrogancia lentamente por este largo y tortuoso camino. ahora solo soy yo. pero resulta que me siento bien, pese a todo. y mi melena se deja acariciar por el viento.

te echo de menos.