viernes, 20 de septiembre de 2013

te he echado de menos

es imposible des-encontrarse.

he llegado a casa hace un momento -una vida- y estoy guardando la compra para mantener las manos ocupadas mientras espero -ya vienes- y la mente desordenada atareada. estoy nerviosa como si fuera la primera vez, una primera vez. las mariposas se han aferrado a mi estómago y lo estrujan sin piedad. las oigo cantar una canción de amor.

sobre todo si no lo deseas.

hace calor, me pongo un pantalón corto, me cambio de ropa interior. abro las ventanas. sonrío sin cesar. miro hacia dentro, curiosa y solo encuentro alegría. me asombro, apenas me reconozco. sonrío. estás llegando. lo sé. te siento.

nunca he dejado de sentirte.

suena el portero y aprieto los puños -al fin- sonriendo como una loca -al fin aquí-. los nervios se me salen por la garganta y me apoyo en la pared de la cocina para calmarme. cierro los ojos para enlazarte a mi alma y te siento subir, tus pasos, te aproximas, te detienes un momento, respiras hondo para calmarte. cierras los ojos. los abres. y llamas a la puerta.

y allí estabas, de nuevo. una vez más.

y allí estábamos. re-encontrándonos. 

haciendo volar a las mariposas por todo el universo gritando su canción de amor.


domingo, 8 de septiembre de 2013

sin

adoro ese momento de traspasar el límite. ese instante sutil en el que sabes que has soltado las riendas y son ellas las que te poseen a ti. en el que sabes que el orgasmo llegará, pase lo que pase, a pesar de lo que pueda pasar. ya no está bajo tu control, ni el suyo, ni el de nadie. el placer viaja directo desde todas tus terminaciones nerviosas a la velocidad de la luz hasta tu cerebro y lo bombardea sin piedad y sin pausa, hasta hacerlo estallar. 

adoro ese breve instante de consciencia. de no-control. en el que me deslizo como el agua sobre el hielo, salvaje, sin riendas.